No cabe duda que todas deseamos el rostro “perfecto”, o al menos tener las facciones que más nos atraen de otras personas que consideramos “hermosos”. Por supuesto, esta es solo una de las razones por las cuales decidir realizarse una cirugía facial, pues, otras de las razones comprenden malformidades o ciertos rasgos que alteran la armonía del rostro, ya sean causadas por enfermedad o por accidente.
La cirugía facial por ende, permite corregir facciones y problemas con el fin de mejorar la apariencia y salud de las personas, y llevarla a cabo con el especialista apropiado para la zona que se va a tratar será siempre una buena decisión.
El campo de cirugía facial comprende:
• Cirugía de parpados (blefaroplastia)
• Pómulos y mentón
• Otoplastia (orejas)
• Liposucción de papada
• Lifting de cuello y rostro
• Rinoplastia o cirugía de nariz.
Los riesgos de una cirugía facial dependen del tipo de intervención que se vaya a realizar, por supuesto, en todos los casos, es necesario cumplir con los requisitos de salud requeridos por el especialista para llevar a cabo el procedimiento quirúrgico con éxito. Sin embargo, la mayoría de estas intervenciones suelen ser poco invasivas y de poco riesgo.
Al realizarse cualquier tipo de cirugía facial es recomendable que el cambio sea lo más discreto y natural posible, de modo que las expresiones faciales o el emblema del rostro no se vea afectado de ningún modo.
De igual manera, recomendamos no escatimar económicamente cuando se trata de salud y de estética, sino acudir a los mejores especialistas, es decir, que cuenten con una trayectoria profesional reconocida. Por otra parte, la comunicación con el médico cirujano antes de realizar la intervención debe ser la más efectiva y clara, de modo que como paciente se pueda estar al tanto de los resultados y el médico de lo que espera su paciente.
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