A ciertas edades empezamos a preocuparnos por tener una piel más joven y olvidamos que esa juventud va ligada a nuestra actitud ante la vida. Las pieles maduras han acumulado años de experiencia y pliegues llenos de recuerdos.
Queremos que te sientas orgullosa de tus líneas de expresión y de las sonrisas que han vivido, por eso nuestros consejos no están orientados solamente a rejuvenecer, sino a reivindicar tu feminidad y a mantener las pieles maduras lo más sanas y bellas posible.
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Hidratación por dentro y por fuera para las pieles maduras
A medida que aumenta nuestra edad disminuye el grosor de nuestra epidermis, facto común en pieles maduras. La primera capa de la piel se reseca con más facilidad y necesita una ayuda extra para mantenerse igual de jugosa que antes.
Bebe grandes cantidades de líquidos y lávate la cara con agua fría al despertar y antes de acostarte. También puedes añadir a tu rutina semanal para el cuidado de pieles maduras es un masaje facial con una mascarilla natural de aceite de oliva con aloe vera para aprovechar parte de sus capacidades antioxidantes.
Para ponerte en marcha desde primera hora de la mañana, puedes comenzar el día con un desayuno de smoothie saludable, que además de hidratarte te dará multitud de vitaminas y te llenará de energía.
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Dieta variada = piel sana
La alimentación es igual de importante al momento de cuidar las pieles maduras, ya que a medida que cumplimos años debemos prestar un cuidado especial a todo lo que nos llevamos a la boca.
La piel es un reflejo fiel de cómo nos cuidamos y las toxinas provocadas por una mala alimentación pueden convertirla en un lienzo apagado y falto de brillo. Por eso debes añadir a tu lista de la compra ciertos alimentos ricos en vitaminas y sustancias que mejoran la elasticidad de la piel, como los siguientes grupos:
Opta por cualquier alimento con Vitamina C. Estimulan la producción de colágeno natural de nuestra piel, como arándanos, pimientos, espinacas, tomates y cítricos.
Busca alimentos con Omega-3, que ayudan a humectar la piel y mantenerla hidratada, como la yema de huevo, los pescados azules, mariscos y frutos secos.
También te ayudarán a cuidar las pieles maduras los alimentos ricos en zinc, como las ostras, las sardinas y las semillas de calabaza. El zinc mantiene tu piel más suave.
No olvides que la piel es el músculo más grande de nuestro cuerpo, así que mantente en forma y evita las dietas extremas. A mayor edad, menor elasticidad de la piel, por lo que será más complicado que vuelva a su sitio y sufrirá más que antes. Si encuentras el equilibrio, tu piel se mantendrá en su lugar.
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Es el momento de usar tratamientos específicos para pieles maduras
A partir de los 40 la piel pierde tono y brillo, pero con el tratamiento adecuado para pieles maduras es posible evitar la flacidez sin cirugía y devolverle a tu cara esa energía que sientes por dentro.
Cuando acudas a cualquier clínica o centro de estética en donde realicen tratamientos para pieles maduras, infórmate bien sobre si cuentan con profesionales adecuados, aparatología de última generación y productos de calidad. Esos tres aspectos son la clave para que un tratamiento funcione.
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Cuidado con todo lo que reseca
Con la edad, imagina exponerla a factores que todavía la hagan envejecer con mayor rapidez. Cuando somos jóvenes nos preocupamos poco de las consecuencias y tendemos a cuidarnos menos, pero es importante pasar a la acción lo antes posible, sobre todo cuando empieces a notar los efectos de la edad en la piel.
Toma el sol con moderación y cuida sobre todo tu cara, tu escote y tus manos. Si te encanta tomarlo, protégete con un protector solar adecuado para tu tipo de piel
Evita el tabaco y la cafeína. Como todos sabemos, ambos provocan la aparición de arrugas y manchas en la piel. Eliminándolos de tu dieta notarás en pocas semanas un cambio a mejor en tu piel.
No te pases con los baños calientes, mejor agua tibia y poco tiempo. Añade aceites esenciales al agua para relajarte y evitar que la piel se reseque.
En épocas de frío presta especial cuidado a los labios y al contorno de los ojos. Utiliza productos de calidad para mantener la piel de esas zonas cuidada.
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No hay edad para dejar de cuidarse
Muchas mujeres dejan de cuidar su piel a partir de los 60 porque notan que las cremas ya no hacen efecto. Pero es un error que debes evitar.
Es importante que escojas productos adecuados para cada etapa. Una piel de 40 años es distinta a una de 60. Cada década tiene sus peculiaridades y no puedes seguir usando la misma crema de manera eficaz.
Para mantener la piel hidratada, con elasticidad y libre de manchas a esas edades hay que optar por cremas que vayan un paso por delante.
Esta crema recomendada para pieles maduras de mayores de 60 cumple su objetivo: suaviza los relieves y devuelve la elasticidad, para que la piel siga rebosando vitalidad.
Como hemos dicho al principio, no se trata de ponernos una máscara al llegar a ciertas edades para evitar a toda costa la aparición de arrugas, se trata de empoderar nuestra feminidad a cualquier edad, de mimar la piel a través de alimentación, cuidados y tratamientos que la mantengan llena energía.
Ahora es tu momento, ¿cómo cuidas tu piel madura? Cuéntanoslo.
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