La blefaroplastia es una operación relativamente sencilla, sin embargo no deja de ser una intervención quirúrgica y por lo tanto se debe analizar con calma y acudir a un médico cirujano de confianza. Dentro de la cirugía plástica hay operaciones más pequeñas que otras, sin embargo los cirujanos deben capacitarse para cada tipo de intervención, es algo que debemos verificar, que la persona que nos va a hacer una blefaroplastia, sepa y este capacitada en este tema.
Para que las cirugías lleguen a feliz término hay que entablar una comunicación clara y directa con el cirujano, quien debe explicar al paciente los exámenes previos a la intervención, las posibles complicaciones, los cuidados posoperatorios y muy importante llegar a un punto claro y real sobre los resultados que se desean obtener. En la blefaroplastia lo que el cirujano corrige son problemas propios de la edad, el decaimiento de los parpados por la pérdida de elasticidad y la acumulación de depósitos grasos en ambos parpados el superior y el inferior.
La mala praxis de una cirugía de blefaroplastia puede conllevar a problemas futuros en los parpados y ojos, como el ojo seco sintomático, retracción y lagoftalmos, hipercorrección o hipocorrección de la piel redundante, todo por no cortar debidamente el parpado. Hay muchas más complicaciones de cicatrización o pigmentación que se pueden presentar en una blefaroplastia y se evidencian en el posoperatorio, sin embargo la idea no es alarmar a los pacientes, sino invitarlos a tomar medidas preventivas, elegir buenos cirujanos y hacer las preguntas pertinentes.
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