Son muchos los mitos existentes alrededor del Botox y es a causa de su propio propósito, luchar contra el natural envejecimiento humano. Es entonces lógico que algo tan mágico genere toda clase de reacciones en las personas, quienes piensan en cantidad de cosas, muchas de ellas falsas como por ejemplo la idea de que el botox deforma el rostro.
El Botox, o Toxina Botulínica Tipo A, es una proteína purificada que tiene un efecto relajante sobre el músculo tratado, donde existe una arruga o pliegue. Al tener este efecto relajante del músculo, que es temporal, evita que este se pueda contraer.
El primer mito común que se tiene alrededor del Botox es que da volumen a alguna parte del rostro, por esto se cree que puede llegar a deformarlo y la verdad es que el Botox no tiene un efecto de relleno, no tiene la capacidad de dar volumen. Muchas veces vemos personas con pómulos o labios voluminosos y casi deformes, pensamos que es debido al Botox y realmente se debe a una mala praxis de la persona que introdujo sustancias de relleno, como biopolímeros en el rostro.
Los resultados del Botox no son perdurables, pueden durar entre 4 y 6 meses y no es verdad que dejen flacidez en la piel, realmente el rostro recupera su estado normal e incluso durante el efecto del Botox se minimiza la aparición de nuevas arrugas o que se reafirmen las existentes. Es aconsejable no realizarse aplicaciones de Botox en un lapso de 3 meses entre una y otra, puesto que se pueden generar anticuerpos que disminuyen el efecto relajante.
Otro de los mitos más comunes es que las personas que usan Botox empiezan a perder expresividad en el rostro. Esto siempre va a depender de la forma en que se aplique y la cantidad que se use, por esto es importante acudir donde un experto. El Botox no tiene una edad mínima en la que se pueda aplicar, sin embargo podemos hablar de que es recomendable su uso después de los 30, cuando se empiezan a evidenciar las arrugas.
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